Hubo días en que la belleza estaba
en cualquier cosa.
En el reflejo de la gente
en mi ventana.
En una hormiga.
En el sonido del reloj.
En la verdad de la siesta.
En esos días, escribí:
"Duplicidad de
una vocal en un poema.
Las escaleras de la rima
no concluyen
en la geometría de los ojos."