La noche no
me espera
mejor sería decir
al revés
la noche me
rehuye
como esos
gatos que andan
entre bordes
habitando los límites
del sueño
me dispongo
a obedecer
con el impulso
cerrado
de quien gira
sobre sí
lo grave tenía que ver con
decir adiós
despedirse
no ya en un borde
sino cayendo.