lunes, agosto 2

Entonces pienso en mi ciudad, en estos árboles y estas rejas y estos bares que todos los días me ven ir y venir, que tantas veces han sido parte de mi tristeza, abandonando su forma original, dejando de ser calles y ventanas para colarse en mi imaginación distraída y dejar que esta los transforme y los recorte, y entonces yo me permito elegir con qué calle o con qué color o con qué cielo quedarme.

1 comentario:

Fd. dijo...

Muy diferente de(hasta opuesto, pero no por eso peor que) los versos esos magníficos que empiezan "Y la ciudad ahora es como un plano/de mis humillaciones y fracasos".