la violencia de su propio color
y sin querer, se expande
avergonzado
Se volvieron verdes las hojas de los libros tristes
ni con qué tenía que ver toda esa historia).
después, dormí cansada
en un letargo de oscuridad y fantasía
El tiempo ha escrito sin permiso lo siguiente:
se volvió amarillo el sexo y también vos
en un octubre claro y luminoso.